María Álvarez es Licenciada en Ciencias Ambientales con especialización universitaria en Gestión y Tratamiento de Residuos y en Responsabilidad Social Empresarial y clara orientación profesional hacia la coordinación de formación. Habiendo desarrollado una trayectoria profesional íntimamente ligada a la gestión de la variable ambiental en empresas e instituciones de diversa índole, en la actualidad su labor profesional se centra en la Dirección del departamento de formación en abierto del Instituto Superior del Medio Ambiente. Algunas de las responsabilidades que ejerce son la impartición y coordinación de programas formativos en materia de residuos y sostenibilidad o el control de la presencia del ISM en la red, así como gestiona el Sistema Integrado de Calidad y Medio Ambiente de la entidad.
En Twitter la podéis encontrar como @malvarcita
P: Con algunas excepciones, podríamos decir que hoy en día todos somos conscientes del grave problema que supone la generación y el mal tratamiento de nuestros residuos. El mensaje de “reducir, reutilizar y reciclar” está ampliamente extendido. Pero ¿este mensaje se está transformando en hechos? ¿Qué nos falta para que los cambios se hagan efectivos?
R: Efectivamente, la mayoría sabemos que una adecuada gestión de residuos es fundamental para evitar ocasionar mayores problemas ambientales a nuestro entorno. La regla de las 3 R ha sido y es clave en el ámbito de los residuos. De hecho, se ha ampliado con dos conceptos más: reparar y recuperar que completan el mensaje a transmitir.
Aún así, para mí la premisa fundamental es la de “El mejor residuo es el que no existe” y creo que ahí es a donde debemos dirigir nuestros esfuerzos. El mensaje debe ser que es prioritaria la prevención, debemos tratar de no producir residuos y, por tanto, trabajar para conseguir esta disminución en la generación.
P: Si nos adentramos en el mundo de la empresa, ¿qué nota le pones a las empresas españolas a la hora de la reducción y transformación de residuos? ¿Qué cosas se nos dan mejor y qué asignaturas pendientes tenemos?.
R: Como comentaba en la pregunta anterior, hay que centrar el foco en la prevención, la reducción en la generación del residuo, y ahí es dónde las empresas deben mayoritariamente actuar. Deben intentar incluir dentro de sus procesos productivos diseños de productos que reduzcan el uso de materiales en su fabricación, que se posibilite su recuperación o reparación o que se elimine el sobreenvasado innecesario.
Es decir se deben integrar poco a poco los objetivos y filosofía de la economía circular con la que se optimiza el uso de los recursos, se reduce el consumo de materias primas y se aprovechan los residuos dándoles una nueva vida convirtiéndolos en nuevos productos.
P: Vamos a ser positivos y a pensar que las empresas ya están dispuestas al correcto tratamiento de sus residuos. Sin embargo, los resultados dicen que no lo estamos consiguiendo. ¿Es un problema de costes, de incentivos o de facilidades por parte de las administraciones?
R: Creo que no se consiguen los resultados esperados porque el conjunto de agentes implicados en todo el proceso no es consciente de la responsabilidad que tiene en este problema medioambiental y además de no actuar en consecuencia, no considera esta problemática como prioritaria.
Desde la empresa que pone en el mercado su producto, pasando por el ciudadano que lo consume, hasta la administración pública, que junto con otras entidades gestiona el residuo generado, todos podríamos hacer las cosas mejor y comprometernos más, pero a la hora de elegir, siempre se opta por otras cuestiones antes que por el medio ambiente. Así, creo que es un problema de concienciación, actitud y prioridades.
P:Es irremediable que hablemos, entonces, de la nueva Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Uno de los comentarios más extendidos es que se queda un poco “corta”. ¿Qué opinión te merece y qué cosas crees que puede aportar a corto plazo?
R: Cuando una norma legal se actualiza se renueva con la voluntad de intentar hacer las cosas mejor, por lo que es inevitable pensar positivamente en los cambios que pueda acarrear.
Estoy segura de que la aplicación de esta normativa va a suponer una mejora dentro del sector.
Sin embargo, todo siempre es perfectible y se podría haber sido más ambicioso con algunas de las medidas propuestas. En cualquier caso, la Ley 7/2022 ha incluido, por ejemplo, algunas obligaciones importantes relacionadas con los plásticos de un solo uso, la implantación de nuevas recogidas separadas de residuos, algunas cuestiones relacionadas con el desperdicio alimentario o distintos instrumentos económicos para incentivar la economía circular, que seguro van a suponer un avance en la gestión de los residuos en nuestro país.
P: Por último, si tuvieras que añadir algo sobre el papel de las empresas en materia medioambiental, ¿qué sería?
R: Me gustaría añadir un mensaje sobre la relevancia que el concepto de sostenibilidad está adquiriendo en la sociedad y las empresas. Debería ser fundamental controlar que las organizaciones que apuesten por un modelo sostenible y que integren la sostenibilidad en su estrategia empresarial, se comprometan realmente replanteándose sus modelos de negocio y sus actuaciones. Es decir que no lo utilicen como estrategia publicitaria para presentarse, tanto ellas como sus productos, como entidades respetuosas con el medio ambiente, sin serlo.
