Seguro que a estas alturas ya sabes qué son los Objetivos de desarrollo Sostenible de la ONU. El origen está en una reunión de esta organización en 2015 cuando, según su página web, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.
Estos 17 objetivos, establecidos como una suerte de “mandamientos”, deberían actuar para guiar las acciones de ciudadanos, gobiernos, instituciones, empresas y todos los estamentos que tengan alguna influencia en la vida colectiva. Por supuesto, se trata de un marco que, si bien no obliga en el sentido estricto, sí contaba con la colaboración y el compromiso de todas las partes implicadas.
¿Cómo afectan a mi empresa los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
A raíz de estos objetivos, cada país ha ido organizando su agenda en función de su grado de compromiso con los mismos, sus posibilidades o la implicación de cada uno de los actores que componen cada sociedad. Si bien hay países, como España, que han empezado a regular internamente este compromiso, en forma de planes de acción.
En este sentido, en 2017 se aprobó la AGENDA 2030, en la que se elaboró un documento que recoge las líneas maestras que se esperan de cada uno de los sectores de nuestro país. Este documento, en su segunda parte, habla de las “acciones a través de las cuales se irá poniendo en marcha de forma inmediata la Agenda: nuevas políticas públicas, medidas clave para acometer las grandes transformaciones, gobernanza de la Agenda, seguimiento, rendición de cuentas y evaluación.” Una copia de esta agenda es accesible en la web del Ministerio de Exteriores.
En la parte de empresa, los actores consultados -la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que integra a la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) junto con la Confederación de Empresarios Autónomos (CEAT), y la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES)- se comprometen a “alinear la actividad principal del negocio con los ODS, evaluando la realización de un diagnóstico de impactos en toda la cadena de valor y estableciendo focos prioritarios de actuación e indicadores para medir el progreso”.
Poco a poco, lo que empezó siendo una serie de buenos propósitos se va convirtiendo en acciones concretas. Afortunadamente, TODAS las empresas tienen su grado de responsabilidad en el cumplimiento de esta agenda. Por la experiencia de Lean Compacting, cada día vemos cómo el impulso de las empresas está más alineado con la mejora de la sostenibilidad.
Los residuos y la economía circular
En concreto, las soluciones que LCC propone ayudan a empresas a gestionar de una manera más optimizada y rentable sus residuos. Desde industrias manufactureras a productores del sector primario, pasando por la hotelería o restauración, se benefician de las ventajas de la compactación de residuos, el primer paso (después de la separación correcta de residuos que nos llevará al cumplimiento del mandamiento número 12 de los ODS: “Producción y consumo responsables”. Y, de paso, a los número 11 y 14, respectivamente “Ciudades y comunidades sostenibles” y “vida submarina”.