Mercedes Gómez Paniagua es profesional en el campo de la investigación, desarrollo e innovación con elevada experiencia técnica y de negocio en reciclado de residuos. Actualmente dirige la FUNDACIÓN PLASTIC SENSE, organización sin ánimo de lucro que promueve el uso y el reciclado de la bandeja alimentaria de PET. Experta acreditada para diversos órganos de normalización, ha sido además Coordinadora Temática de la Red de Expertos Iberoamericanos en Gestión de Residuos en la Fundación CEDDET (2008-2013) y Miembro del Comité Académico del Master en Gestión Sostenible de Residuos de la Universidad Politécnica de Madrid (2009-2015).
Empecemos hablando de vosotros. Cuéntanos vuestra experiencia con el bandeja alimentaria de PET ¿Cómo surge la Fundación Plastic Sense y la certificación ECOSENSE? ¿Responde a una demanda por parte de la industria alimentaria o de vuestra preocupación por la sostenibilidad?
La Fundación Plastic Sense es una entidad sin ánimo de lucro que se constituye en el año 2016 para dar respuesta a ambas cuestiones. En aquel momento la industria de fabricación de lámina de PET para envases alimentarios ya llevaba muchos años incorporando material reciclado en este producto habiendo a su vez conseguido una excelente optimización energética y de recursos en sus proceso productivos mediante la fabricación de láminas basadas en una ingeniería de capas que permitía obtener soluciones de envasado extremadamente ligeras y con excelentes propiedades barrera para el envasado y conservación de larga duración de los alimentos. Esto se ha traducido en que los envases termoformados de PET sean hoy una solución de envasado óptima desde el punto de vista medioambiental dado que con muy poca cantidad de material es posible envasar una elevada cantidad de producto alimentario y adicionalmente el envase ya incorpora, de media en Europa, en torno al 50% de PET reciclado.
Aunque el reciclado de PET posconsumo procedente de envases termoformados se ha comenzado a introducir en mucha mayor medida en los últimos años, el residuo de PET posindustrial de los propios procesos de fabricación de la lámina multicapa, termoformado y envasado se reciclan y reintroducen desde el año 2010 gracias al reciclador Sulayr Global Service. Esta empresa, ubicada en Granada, es pionera en el reciclado de lámina multicapa de PET/PE llevando a cabo la deslaminación de este tipo de residuos y obteniendo una escama transparente de PET que es de nuevo incorporada por los fabricantes de lámina en sus productos. Fue precisamente el hecho de querer dar a conocer a clientes y consumidores finales esta práctica por parte de la cadena de valor el detonante para que Sulayr promoviera la creación de una certificación que fuera otorgada por una tercera parte independiente aprobada por un organismo de acreditación. Esto a su vez ocurre en un total alineamiento del Paquete de Economía Circular publicado a finales de 2015 por parte de la Comisión Europea donde ya se vislumbraba la importancia que este tipo de herramientas iban a tener, como quedó demostrado posteriormente en 2018 tras la publicación de la Estrategia Europea para los Plásticos.
¿Qué certifica exactamente y a qué tipo de empresas va dirigida la certificación ECOSENSE?
ECOSENSE es una certificación de proceso que verifica dos grandes cuestiones. Por un lado, que los residuos de termoformados de PET, tanto monocapa como multicapa, que se generan en el proceso productivo a certificar se gestionan adecuadamente para su reciclado y posterior reincorporación por parte de los fabricantes de lámina y, por otro lado, que el proceso productivo a certificar incorpora PET reciclado procedente de recicladores homologados para el esquema de certificación que son quienes reciclan tanto los residuos de termoformados de PET generados en estos procesos (origen posindustrial) como los residuos de termoformados de PET generados en los hogares (origen posconsumo). Es decir, se trata de un esquema de certificación cuyo objetivo es cerrar el círculo basándose en un modelo de economía circular “tray-to-tray” para los envases termoformados de PET. Para ello, se verifica la trazabilidad del residuo y el material reciclado incorporado.
La certificación ECOSENSE la pueden obtener tres tipos de empresas: fabricantes de lámina de PET, termoformadores que fabriquen envases a partir de lámina de PET y envasadores que utilicen los productos anteriores. Para cada tipo de empresa la Fundación tiene definido un procedimiento específico donde se recogen los requisitos que debe cumplir el proceso para ser certificado y que deben ser verificados por una entidad acreditada por ENAC bajo la ISO IEC 17020.
¿Encontráis diferencia en la preocupación medioambiental en función del sector del que hablemos? ¿O es algo que depende finalmente del compromiso de las personas que estén al frente?
El sector del packaging, en general, es un sector altamente comprometido con el medio ambiente. No solamente por las imposiciones legales que cada vez en mayor medida se le exigen, sino porque los propios consumidores lo exigimos en nuestras compras diarias. Ya no vemos una marca del mismo modo. No solamente valoramos el producto sino la empresa que lo pone en el mercado, cómo se preocupa, se compromete y, en definitiva, actúa teniendo en cuenta las consecuencias que su actividad tiene para el planeta y la sociedad. Eso al final lo que implica es que las empresas deban obligatoriamente poner al frente de ellas personas que lleven esta cuestión en su ADN y que en un futuro muy cercano, con total seguridad, una empresa sin un plan de responsabilidad medioambiental, social y corporativa no sea viable.
Vuestro modelo es 360, ya que no olvida al consumidor final en todo el proceso. ¿Qué acciones hacéis para informar al comprador de que el sello ECOSENSE les da garantías de sostenibilidad?
La certificación ECOSENSE es relativamente “joven”, la primera empresa se certificó en el año 2017, pero ya es muy conocida y reconocida en el ámbito del B2B del sector de envases termoformados de PET. La incorporación de envasadores al esquema de certificación se ha producido mayoritariamente en los últimos años y son ellos los que están abriendo el canal de comunicación directo para hacer posible que el consumidor conozca las ventajas de esta certificación. Nosotros trabajamos de la mano de los envasadores para que hagan un uso adecuado del Reglamento de la Marca que proporcionamos y saquen el mayor partido posible de la misma cuando se certifican.
En este sentido, creemos que la nueva certificación RETRAY que podrán obtener para sus productos los envasadores ya certificados con ECOSENSE y que sacaremos al mercado previsiblemente a mediados de año, permitirá llegar más fácilmente hasta el consumidor final al tratarse de una marca visualmente más cercana y reconocible. Esta certificación permitirá verificar dos cuestiones. En primer lugar que el envase es reciclable, porque cumple con las directrices de reciclabilidad establecidas por la Fundación, y en segundo lugar que el envase incorpora un porcentaje cuantificado de PET reciclado en su fabricación.
¿Qué más cosas quedan por hacer? ¿Ves algún punto débil en la responsabilidad ambiental por parte de la industria?
Hilando con la pregunta anterior, creo que queda trabajo por hacer en mejorar la comunicación y los mensajes al consumidor. Concretamente, en el caso de los plásticos, se ha creado una mala imagen sin ningún fundamento porque, precisamente, ha surgido por nuestra propia indisciplina a la hora de deshacernos de los residuos y se nos olvida, o desconocemos, las grandes ventajas que tienen tanto desde el punto de vista funcional como medioambiental. Esto a su vez, hablando ya sobre la responsabilidad ambiental por parte de la industria, está provocando que se tomen decisiones por parte de las empresas del sector del envasado en las que prima más la imagen que percibe el consumidor del material de envasado que sus propiedades funcionales y medioambientales, provocando en ocasiones que se produzcan cambios de materiales sin tener en cuenta su ciclo de vida y, por tanto, el efecto real que provoca sobre el medio ambiente.