Antonio Monasterio es el fundador y CEO de la delegación Norte de Lean Compacting Company. Su carrera empresarial ha estado muy ligada siempre al mundo de la industria vasca y española. Licenciado en ciencias económicas y empresariales por la UPV, Antonio ha fundado numerosas empresas de ámbito industrial y ha participado en organismos como Asociación de comercio del metal de Vizcaya, donde fue presidente, o la Confederación de comercio de Vizcaya donde tuvo el cargo de vicepresidente. Actualmente es Miembro del Pleno de la Cámara de Comercio, Industria y navegación de Vizcaya, donde participa en su comisión de medio ambiente.
Gracias a su experiencia, hemos querido que nos cuente su visión particular acerca del papel de la empresa y la administración en lo referente a la gestión y eliminación de residuos. Compartimos con vosotros sus respuestas y comentarios.
¿Cómo ha cambiado la política empresarial respecto a la gestión de residuos desde sus inicios como empresario?
Mi trayectoria como empresario es muy larga, tal vez demasiado. Comenzó en los años 70 del siglo pasado y en aquella época la gestión de residuos era prácticamente inexistente. Además, yo me movía en el mundo de la fundición de aceros especiales y de la fabricación de bienes de equipo. Fueron los años de la crisis del petróleo y un cambio brutal en el ámbito industrial y político. El mundo, en aquella época, miraba para otro lado. Es a partir del 2005 cuando comencé mi camino en el sector de los residuos industriales, creando, con otros empresarios, dos compañías en este campo.
Es a partir de este momento cuando nos dimos cuenta que se estaba despertando una mayor conciencia social y ecológica y muchas empresas se estaban dando cuenta de que las cosas debían hacerse de otra forma. A partir de entonces y hasta ahora, tal vez más despacio de lo deseado, muchas empresas están empezando a valorar positivamente este proceso que será imparable.
¿Qué medidas tomas en tus empresas para poner en valor una adecuada y correcta gestión de residuos?
Si hablamos de la primera empresa relacionada con el acero y los bienes de equipo, en donde sigo participando, ellos fueron los primeros que colocaron en su almacén una de nuestras compactadoras de residuos para compactar y controlar el plástico. Colocada en el lugar estratégico en el que se generaban los residuos, se consiguió un considerable ahorro de espacio, además de permitir una mejor salida del producto hacia los gestores.
¿Crees que las empresas realmente tienen interés por una verdadera política de residuos o actúan simplemente como «se ha hecho siempre»?
A mí me parece que tienen un interés cada vez mayor. Es inevitable. El mundo está viendo un futuro diferente al de final de siglo. Hoy los empresarios saben que gestionar bien sus residuos genera beneficios inmediatos en sus procesos productivos. Todo se ve de forma diferente. Los empresarios, como no puede ser de otra forma, reciben nuestros consejos con gran interés y a través de nuestros estudios sobre la forma de gestionar sus residuos, obtienen beneficios muy interesantes.
¿Consideras que la empresa española demuestra que cada vez hay un mayor compromiso hacia un modelo de economía circular o por el contrario se tiende a dar más imagen de que es así?
Tal vez haya empresas que pretendan dar solamente imagen, pero son las menos. Otra cosa diferente es que hay procesos de fabricación más complicados que otros, situaciones de espacio en sus instalaciones y también, como no, la situación económica tiene que ayudar a lanzarse a un proceso de cambio y mejora. Pero yo diría que es imparable y esperamos que todo pueda ayudar en ese proceso.
¿Qué parte de la responsabilidad en la gestión de residuos industriales corresponde a las autoridades y cuál a las empresas? ¿Es correcto exigir regulación cuando las empresas aún no están realmente concienciadas?
No cabe duda de que las administraciones deberían ayudar un poco más. Cuando estamos hablando de algo tan importante como el medio ambiente, todos deberíamos contribuir para mejorar las cosas. Se puede ayudar de muchas maneras, cada estamento administrativo debería ayudar a que al final del proceso no haya residuos incontrolados en el medio ambiente. Hay que pensar que, especialmente los residuos plásticos que no se compactan, tienen grandes posibilidades de terminar en lugares y de forma no deseados.
Como es natural, las empresas tienen que asumir su cuota de responsabilidad. Creo que vamos por el buen camino y que poco a poco todo esto irá mejorando.
¿Qué aporta un actor como Lean Compacting Company en el ecosistema de la gestión y eliminación de residuos?
Nuestra labor consiste en un trabajo de consultoría inicial que nos lleva a aconsejar a las empresas cómo gestionar mejor sus procesos productivos, generando ahorros de tiempo, espacio y reducciones considerables de CO2. Analizamos los procesos, medimos tiempos y movimientos para la evacuación de los residuos generados y planteamos soluciones adecuadas a cada situación.
En general nuestras recomendaciones pasan por gestionar el residuo en el mismo punto en que éste se produce. Buscamos evitar grandes movimientos hacia puntos alejados, evitando desplazamientos con carretillas y personal dedicado a estas tareas. Siempre que es posible, los mismos operarios que trabajan en las líneas de producción, están capacitados para colocar muy fácilmente el residuo en pequeñas y medianas compactadoras. A partir de ahí, con un solo movimiento al final de la jornada, las balas compactadas se depositan y almacenan hasta su evacuación periódica.
Este sistema de trabajo ha tenido mucho éxito en empresas punteras en donde han ahorrado miles de kilómetros de carretillas, muchísimas horas de personal dedicado a ello y consecuentemente han disminuido muchísimo el CO2 en el ambiente.
Nuestro grupo de empresas LCC abarca todo el territorio nacional, actuamos con personal especializado en cualquier lugar del territorio. Damos mantenimiento cercano y ayudamos con nuestra consultoría de una forma global, especialmente a grandes empresas de ámbito nacional que tienen centros de trabajo o distribución en puntos lejanos y comunidades diferentes. Acudimos con nuestro servicio allí donde nuestra ayuda es útil y bien valorada. Es nuestra misión y estamos muy orgullosos de la profesionalidad de nuestros equipos.
Puedo estar muy satisfecho de que el final de mi vida profesional esté ligada al sector que ayuda a la protección del medio ambiente, a la economía circular y hacer lo posible para que las empresas mejoren su eficiencia en este campo